Las herramientas manuales para cortar madera también deben formar parte de la dotación de nuestro taller de bricolaje.
A veces, en nuestro taller predominan las eléctricas y nos olvidamos de que las manuales son en muchas ocasiones las idóneas para conseguir algunos cortes especiales y, sobre todo, cortes más precisos.
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A continuación te explicamos algunas de las características técnicas y aplicaciones de las principales herramientas manuales para cortar madera para que puedas valorarlas a la hora de incorporarlas en tu taller.
Características técnicas y aplicaciones de las herramientas manuales para cortar madera
Serrucho universal
Cuanto mejor sea la calidad del acero en que esté fabricado el serrucho, más fina será la hoja, más flexible y, al mismo tiempo, más resistente. El tratamiento exterior de la hoja sirve para hacerla más deslizante. La empuñadura debe estar sujeta por varios puntos y ser confortable para el agarre. Los materiales anti-vibración y anti-deslizamiento facilitan los trabajos, sobre todo cuando se trata de trabajos intensivos.
Serrucho universal
El serrucho de costilla es un serrucho con dientes más finos dotado de un nervio superior (o costilla) que permite guiarlo de manera más estable. Estas características hacen de esta herramienta que sea la ideal para cortar molduras o piezas finas, especialmente en combinación con la caja de ingletes. Sus características de elección son las mismas que para el serrucho universal.
Caja de ingletes
La caja de ingletes es un accesorio que permite cortar molduras o varillas en diferentes ángulos. Si es de madera, es importante que sea de una madera dura y resistente al rayado. En cuanto a las cajas de plástico, existen modelos con perforaciones y topes que resultan muy útiles, en algunos casos, para bloquear las piezas a cortar.
Serrucho japonés
La extrema delgadez de la hoja y el tamaño de sus dientes hace que el serrucho japonés pueda realizar trabajos de precisión en sitios de difícil acceso para los serruchos convencionales. La calidad del acero, la gran flexibilidad de su hoja y la efectividad de sus dientes, los convierten en un excelente útil para cortar piezas pequeñas o rasear al máximo cuando se cortan piezas que sobresalen de una superficie.
Ingletadora manual
A la hora de elegir una ingletadora manual es importante comprobar que la calidad y el accionamiento de la sierra son buenos. Además, será interesante verificar siempre la solidez de la plataforma de trabajo y las posibilidades del plato para seleccionar y fijar ángulos con precisión. Existen modelos con estribos laterales que permiten apoyar o hacer tope con la pieza y sistemas de perforaciones que ayudan también a sujetar mejor el material durante el corte.
Formón
El formón requiere también una aleación de acero templado que garantice su resistencia en todas las caras. La disposición biselada de los filos ayuda para algunos trabajos. Algunos formones disponen de mangos gruesos, bimateria (más ergonómicos y precisos) y de placas metálicas en su extremo para protegerlos del golpeo. Es conveniente contar con un juego de formones de distintos tamaños.
Los dientes de las sierras
La finura de corte de una sierra depende del propio grosor de la hoja y también de lo que desbasten sus dientes al cortar. Es evidente que, a mayor tamaño de los dientes, estos calarán más profundo y rasgarán más material que los dientes pequeños, que irán trabajando poco a poco. Esta variable se establece con las medidas de “dientes por pulgada”, con la que se clasifica a este tipo de herramientas.
La disposición de los dientes es esencial no sólo para cortar, sino para permitir que, al moverse la hoja, deje que salga todo el serrín del corte. Los serruchos, por eso, no tienen los dientes en línea, sino triscados, es decir, en una disposición en la que se van abriendo hacia los lados para facilitar la salida de material y evitar también que la hoja se enganche.
Algunas sierras incorporan dientes en forma de triángulos isósceles, muy finos, con un rectificado especial en su acero, que ofrecen filos cortantes por las tres caras.
Si bien el mejor corte de las sierras, por más que tengan dientes especiales, se produce al empujarlas, los serruchos pequeños de dos manos, como los japoneses, invierten esta posición y facilitan el trabajo de corte también cuando se tira de ellos. Así, se saca más rendimiento a su uso más minucioso y, sobre todo, a la flexibilidad de su hoja.
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